El ser humano, es el único ser vivo que puede tener sentimientos,
un lenguaje y conciencia. Durante toda la historia, hemos llegado a construir
ciudades, herramientas, distintas culturas e incluso desarrollar leyes que
describan el mundo; pero este comportamiento, el querer saber más que posee la raza humana, necesita
unas reglas de comportamiento y unas normas que muestren cómo hacer las cosas.
Además, en la vida cotidiana, como humano social, es necesario
tener ciertos patrones de comportamiento y actitud. A estas normas, las
llamamos disciplina.
La disciplina es imprescindible para la formación de cada
individuo, y durante la educación de este, debería ser imprescindible instruir
para adoptar una disciplina que permita al individuo comportarse de una manera
adecuada en ciertas situaciones, y por lo tanto, la idea de una formación tanto
intelectual como de comportamiento me parece necesario para todos los
individuos.
En cuanto a la cuestión de si es necesaria la disciplina en la
educación, estoy a favor porque, a pesar de que los padres son, en un
principio, los encargados de dotar a sus hijos de esta disciplina, pienso que
es necesario que haya una enseñanza disciplinaria suplementaria a la de los
padres, porque estos no son siempre capaces de ofrecer a sus hijos esta
disciplina, además, existen casos en los que, ciertas familias, no poseen una
cierta cultura o disciplina, por lo que en las escuelas e institutos debería
ofrecerse una educación disciplinaria necesaria, y es que en dichos casos,
resulta imposible ofrecer una educación intelectual, si no se posee dicha
disciplina.
A pesar de todo esto, una imposición de este patrón de
comportamientos, llevado a un punto que no sea compatible, puede hacer que este
no quiera seguir esta disciplina, y eso sucede y se puede apreciar en los últimos
cursos de educación obligatoria: gente sin estudios, y con un comportamiento desagradable.
Por esa razón, creo que la disciplina debería transmitirse de una manera, que
en ved de imponerse al individuo, le sea compatible con su vida, pero siempre
aportando los valores mínimos de respeto y educación. Por ejemplo: tenemos a
tres alumnos; el primero muestra mucho interés por la materia, el segundo
muestra un desinterés pero estudia por obligación de sus padres, y el tercero
se esfuerza mucho por sacar buenas notas, la disciplina no debería ser la misma
para los tres alumnos: al segundo se le puede ayudar a que adopte un interés por
el tema y enseñar normas de comportamiento, al tercero se le puede ayudar a que
le sea mucho más sencillo el entendimiento, y finalmente al primero ejercicios
de aplicación para aprovechar sus condiciones; pero si tenemos que aportar esta
disciplina en un centro escolar o en algún sitio donde haya mucha gente con
distinto carácter, esto se complica, porque se va intentar ayudar al segundo,
que es el que más lo necesita, mientras que el primero no puede ampliar
conocimientos. En estos casos un instituto puede ofrecer una disciplina
general, y no particular como bien podrían hacer actividades extraescolares o
principalmente, los padres.
En definitiva, aunque impartir una cierta disciplina
sea siempre necesario, tiene mucha importancia la manera en la que se imparte
esa disciplina, por lo que, al fin y al cabo, el mayor exponente de esta
disciplina son los padres y la gente con la que se relaciona el individuo.
¿Y las amistades no serían una parte importante?
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